08/07/2023
Texto por: SAS
Fotos: © Disney / Paramount Pictures / LucasFilm Ltd.
Tras quince años ya de la última entrega del mítico profesor y «conseguidor de antigüedades raras», el incombustible Dr. Henry Jones, Jr. (por cierto, le gusta más “Indiana”) en donde buscaba una calavera de cristal ―rebautizada por algunos haters con el ‘simpático’ nombre de «cagalera»…―, nos llega a nuestras pantallas de cines en vías de extinción la quinta (y ¿última?) entrega fílmica del héroe del látigo y del sombrero de fieltro. Años ha, Spielberg y Lucas, padres de la criatura, firmaron con Paramount Pictures por cinco películas de Indy. La profecía se acaba de cumplir, aunque… ¿será a gusto de todos…?
¡¡ATENCIÓN: ADVERTENCIA IMPORTANTE DE SPOILERS!! ESTA ENTRADA CONTIENE ALGUNAS REFERENCIAS RELEVANTES A PARTE DEL ARGUMENTO DE LA PELÍCULA.

«Mangold introduce la trama principal del filme en un prólogo soberbio lleno de acción y aventura, digno del ‘mejor Indy’…»
Se abre el telón y vemos cómo el logo de LucasFilm (la entrañable productora EXpropiedad de George Lucas que vendió hace unos años a Disney por 4,05 billones de dólares) se funde formalmente con un cerrojo propiedad de los Nazis… ¡La cosa empieza bien!
Mangold no solo introduce viejos guiños con los logos de las productoras ―recuerde el espectador experimentado en la figura del famoso arqueólogo, cómo Spielberg fundía el logo de la Paramount con un monte ficticio de Suramérica en la primera entrega de la saga fílmica y con el relieve de un gong en la segunda…― sino que «elige sabiamente» (la frase la cazarán solo los versados en la materia) en el uso de la tecnología digital del rejuvenecimiento facial para mostrarnos a un Indiana Jones treinta años más joven en medio de una espectacular escaramuza en los Alpes franceses, un prólogo soberbio lleno de acción y aventura, digno del «mejor Indy», que nos presenta la trama principal de la quinta entrega.
La película avanza a buen ritmo, eso sí, saltando veinticinco años ―de 1944 nos plantamos en 1969, año en el que (presuntamente) el hombre pisó la luna― presentándonos a un anciano Indy y a su nueva ahijada, una pícara arqueóloga sedienta de fama llamada Helena Shaw (Phoebe Waller-Bridge)…
El hijo perdido de Indy…
Pero, un momento… ¿qué pasó con el hijo de Indiana y Marion: Mutt Williams…? Pues que los guionistas de la historia (Jez y John-Henry Butterworth, David Koepp y el propio Mangold) tuvieron que buscarse una buena excusa (tranquilos que no la voy a revelar) para obviarlo totalmente debido a la mala acogida que el actor Shia LaBeouf obtuvo entre el público: «Puedes culpar al escritor o al propio Spielberg ―contó LaBeouf en una entrevista dos años después del estreno de Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal (2008, dir. Steven Spielberg―, pero mi trabajo como actor fue el de hacer funcionar al personaje de Mutt y reconozco que no pude hacerlo…».
La verdad es que LaBeouf se lamenta aunque su interpretación no fuera ni mucho menos «mala». Quizás lo que la gente no supiera asimilar de la cuarta entrega fue que Indiana se involucrase con el ‘fenómeno OVNI’. La historia de La calavera de cristal fue escrita también por David Koepp y, en sí misma, tenía mucho más consistencia y arriesgaba mucho más que la que nos acontece. Pero, por favor, no adelantemos acontecimientos…

«El actor Shia LaBeouf como hijo de Indiana Jones obtuvo una mala acogida entre el público a pesar de que su interpretación no fuera ni mucho menos ‘mala’. Este filme presenta a Helena Shaw (Phoebe Waller-Bridge) como la nueva ahijada de Indiana Jones…»
Retahíla de personajes superficiales
El filme prosigue y se enrevesa cada vez más… Ahora nos han metido con calzador a un ‘nuevo Tapón’, un jovenzuelo tangerino de bigote puberal llamado Teddy (Ethann Isidore) ―que, dicho sea de paso, me parece bastante repelente―.
Y ahora viene lo ‘mejor’… Indy sugiere a su ahijada con quien, por cierto, anda buscando la otra mitad de la Anticitera (atribuida en este filme a Arquímedes, aunque el invento en realidad se le atribuye a Posidonio de Rodas) que reciban la ayuda de un viejo conocido suyo para un movimiento crucial. Y este no es otro que Renaldo (Antonio Banderas), un experto hombre-rana (por cierto, español también en la ficción) que, sin dudarlo ni por un segundo, ayuda al trío protagonista.
Deje de leer esta entrada si lo que no quiere es encontrarse con un pedazo de ‘SPOILER’… Renaldo sacrifica su vida para ayudar a Indy a los cinco minutos de salir en el filme… Lo habéis leído bien: Antonio Banderas, nuestro popular actor (que, además, en uno de los pósters que promocionan el filme ocupa casi la mitad inferior del cartel), no dura más de cinco minutejos de mie**a en la trama.
Lo primero: Disney promociona a Banderas de tal manera que puede hasta considerarse como «publicidad engañosa» porque no es un mero cameo el de Banderas… Además, ¿qué necesidad tenía de morir tan absurdamente…?, ¿era necesaria su muerte para hacer avanzar la trama…? Es, a todas luces, un personaje (mejor dicho, un actor) que molesta para el desarrollo natural del filme ya que el espectador promedio, y un poco cinéfilo, espera ver más actuación de «el Banderas», dejándonos con una sensación de ‘coitus interruptus’ al finalizar la proyección… ―niños, preguntad a vuestros padres qué quiero decir con esto, no me corresponde a mi explicároslo…―.

«La promoción de Antonio Banderas en algunas versiones del cartel de la película podría considerarse como ‘publicidad engañosa’»
Oopart, «yo voy a hacer un corral…»
Y hablando de ‘coitus interruptus…’, el del final. El guiño de…. otra vez, SPOILER a la vista… Marion Ravenwood (Karen Allen) está, de nuevo, metido con calzador. No solo no aporta nada, sino que apenas tiene un diálogo con el protagonista. El fan service está, a mi juicio, mal insertado. Sin embargo, hay que decir siendo justos con el resto del casting, que Mads Mikkelsen realiza un brillante papel como el profesor pronazi, Jürgen Voller.
El tramo final del filme, más propio de Regreso al futuro que de una saga como la de Indiana Jones (sí, sé perfectamente que se trata de un guiño a los viajeros del tiempo y a los oopart ―out of place artifact, es decir, «artefacto fuera de lugar», en español…―) está totalmente desaprovechado… Teniendo en cuenta de que Harrison Ford ha anunciado oficialmente que será su último filme como Indiana Jones, el personaje podría haber tenido un final digno a su historia fusionándola con la Historia de la Humanidad… Es decir, por ejemplo, ¿un arqueólogo de nuestros tiempos encuentra un látigo y un sombrero de fieltro dentro de una tumba en la Acrópolis de Grecia…? Indiana Jones se convierte en un oopart o en parte de la Historia digno de ser estudiado por el método científico (al que se alude a lo largo del filme). No sé, es tan solo una idea…
Valoración final: **1/2 (Emocionante y frustrante a partes iguales. Sensación al final de haber visto un filme desaprovechado… Aunque solo sea por el prólogo, merece ser visto en una pantalla de cine, ¡como debe de ser!).
