08/11/2023
Textos: Javi Ocaña / SAS
Fotos: 20th Century Fox / New Regency Prod. / Entertainment One / Disney
The Creator: la sensación sci-fi del año
En una vorágine de reboots, remakes y adaptaciones a la que ya estamos más que acostumbrados como espectadores, Gareth Edwards firma una producción cuya IP es completamente original y no está atada a ninguna licencia, ya sea otra cinta, libro o demás. The Creator supone la obra más monumental del autor después de su genial Rogue One: Una Historia de Star Wars. Una maravillosa historia de ciencia ficción sobre IAs que no me dejó para nada indiferente.
Con su opera prima Monsters (2010), ya Edwards demostró su impresionante habilidad para crear efectos especiales que no tenían que envidiar a los de las majors. Su proyecto más arriesgado fue la adaptación del famoso monstruo nipón en Godzilla (2014), que serviría de punto de partida para el MonsterVerse, juntando eventualmente a la ya mencionada criatura con el titán King Kong. Es con la ya mencionada Rogue One con la que yo creo que Edwards crea su mejor película, convirtiendo un spin-off a priori poco interesante en una de las mejores películas de la saga.
Tras 7 años de parón, el director vuelve a la carga con The Creator. La cinta de 20th Century Studios (ya no es Fox, malditos jefes de Disney) ha tenido un presupuesto moderado (80 millones de dólares) en comparación a lo que estamos acostumbrados en las superproducciones hollywoodenses (rara es la película que baje de los 200 millones). Además, según el director, se ha rodado únicamente utilizando una cámara Sony FX3 que, en comparación con las que se suelen utilizar en la industria, es muy barata y accesible si ahorras un “poquito”.
The Creator se desarrolla como una road-movie que evoca a otras cintas. Principalmente, Blade Runner, Rain Man y todo el cine de Neil Blomkamp. No obstante, Edwards es capaz de crear una historia trepidante con un planteamiento original y con mucha fuerza.
Pero bueno, ahondémonos en la película. The Creator nos cuenta una guerra entre la raza humana y la inteligencia artificial. En medio de este conflicto, Joshua (John David Washington) debe buscar y matar al Creador, el arquitecto de la IA que está poniendo el mundo patas arriba. Este, se cree, que cuenta con una nueva arma capaz de destruir el mundo tal y como lo conocemos. Sin embargo, una vez Joshua se adentra en su misión, descubrirá que el arma no es, nada más y nada menos, que un androide con forma de niña pequeña. Con este planteamiento original, The Creator se desarrolla como una road-movie que evoca a otras cintas. Principalmente, las referencias que veo claras son Blade Runner, Rain Man y todo el cine de Neil Blomkamp. No obstante, Edwards es capaz de crear una historia trepidante y con mucha fuerza que no decae en sus 133 minutos de metraje.
El aspecto que más me maravilló de la cinta fue todo su apartado técnico. Tanto la fotografía como el montaje, además de los efectos especiales impresionantes, hacen que esta historia, que en principio suena a otras películas que ya han tratado la IA, gane un punto de vista único. Todas las batallas son grandiosas y los momentos de calma entre Joshua y la niña son verdaderamente poderosos, principalmente por la capacidad actoral de ambos actores.
Por desgracia, The Creator se pegó el batacazo en taquilla, llegando a apenas 90 millones de dólares de recaudación. ¿Qué significa esto? Pues que, por desgracia, es muy difícil vender una IP original en estos tiempos, más aún en salas de cine, cuyos espectadores cada vez lo tienen más fácil para decidir qué ven en casa y qué ven en pantalla grande.
En definitiva, The Creator triunfa en todo lo que propone. Nos da una historia con corazón y emoción sin ser demasiado melodramática y cuenta con varias de las mejores escenas de acción del año. Edwards ha dado en el clavo con su aventura original de ciencia ficción y expectante para ver que nos ofrece en el futuro. Espero y deseo sus pertinentes nominaciones en los Oscar, que son más que merecidas.■ Javi Ocaña

Valoración final: **** (Edwards ha dado en el clavo con su epopeya de ciencia ficción. Trepidante y con mucho corazón).
«¡Qué grande es el cine… y qué tontos los demás!»
Cuando salí de la sala de cine de haber visto la última producción firmada por Gareth Edwards, una frase me revoloteaba todo el rato por mi cabezota: «¡Joder, pero qué grande es el cine!». Por un lado, me maravilló toda la imaginería visual concebida por el director de la citada por mi compañero de «doble crítica», Javi Ocaña, Rogue One —de hecho, The Creator no deja de ser un refrito de la anterior…—. La película es un inconmensurable alarde de técnica cinematográfica bien ejecutada, efectos especiales de última generación e impactante espacio sonoro.
Pero una vez maravillado por el empaque que tiene la cinta, el espectador más experimentado empezará a observar cosas que chirrían bastante como, por ejemplo, la posición por la que optan tanto Gareth Edwards como Chris Weitz —el otro guionista con el que Edwards ha coescrito esta historia de ciencia ficción como ya hiciera en Rogue One—, que es una glorificación por las AIs (Inteligencias artificiales), tema que ‘casualmente’ ha entrado a formar parte de la polémica en los tabloides de todo el planeta.
Parece que la ‘buena gente’ de Hollywood estén preparándonos el terreno para aceptar sí o sí la implantación por la fuerza de la robotización y el uso de esta con fines eugenésicos, así como de las inteligencias artificiales que, cada vez más, están usurpándonos nuestro sentido de existencia en este mundo… Cuando una inteligencia artificial ya es capaz de pintar cuadros, de realizar complicados algoritmos y hasta de componer música —de hecho, el maestro de maestros, Hans Zimmer estuvo a punto de ser substituido por una AI, pero finalmente al director no le “convenció” cómo sonaba esa música artificial…— ¿dónde queda entonces el papel del ser humano, por ejemplo, en el arte del entretenimiento o en otros campos de la vida humana como el comercio, las finanzas o la información…?
Ante una sociedad tan ‘idiotizada’ por los medios de comunicación masivos, las mentes son fácilmente moldeables desde la ficción. The Creator manipula sutilmente desde ahí, cumpliendo ampliamente con su cometido de ‘silencioso adoctrinamiento’ por la glorificación a las AIs…
Hablando de Hollywood, precisamente cuando el gremio de guionistas y actores sale de una de sus mayores huelgas en toda su historia por el uso indiscriminado de AIs en la industria cinematográfica —tecnologías usadas recientemente, por ejemplo, en la última película de Indiana Jones como la del control facial de movimiento, cuyo mal uso ha derivado en el famoso deepfake—, la digitalización de la información, una vez más, pone en jaque a un montón de profesiones y profesionales que pueden ver reducidos sus empleos a un simple «clic».
Y en medio de toda esta preocupación, se alza una película (The Creator) que, de forma tendenciosa, se atreve a poner toda la amenaza de las ‘máquinas’ en el rostro de una angelical niña oriental (Madeleine Yuna Voyles) que el protagonista de la cinta, el sargento Joshua Taylor (John David Washington), es incapaz de matar… La perversión del mensaje va más allá: en un momento del filme, la protagonista humana (Gemma Chan) es asesinada por el ejército norteamericano. Más adelante, (¡atención al inminente spoiler que voy a dejar a continuación…!) es reemplazada por un cyborg con las mismas características a la chica original —que, para rizar más el rizo, durante la trama de la película resulta ser la ‘madre’ de la famosa ‘niña-creadora’—. Un plano fantasmal en la base aérea norteamericana (NOMAD) —eco de la archiconocida ‘Estrella de la Muerte’ de Star Wars— muestra a un montón de ‘madres biónicas’ empaquetas para ser distribuidas masivamente…
El citado plano de las ‘mujeres empaquetadas’ me resulta tan repulsivo como inquietante… ¿Qué mierdas nos están queriendo decir los que ‘realmente’ gobiernan el mundo a través de sus ‘títeres’ de Hollywood…? ¿Acaso que nos vayamos olvidando de las formas naturales de procreación entre los dos géneros humanos…? (que, al fin y al cabo, son los dos únicos que existen —tres, si incluimos a las personas hermafroditas—). Ante una sociedad tan ‘idiotizada’ por los medios de comunicación masivos, las mentes son fácilmente moldeables desde la ficción; y es que estamos perdiendo progresivamente toda capacidad crítica porque la gente ya no sabemos cuándo estamos siendo realmente manipulados…
The Creator, pues, manipula sutilmente desde la ficción cumpliendo ampliamente su cometido de ‘silencioso adoctrinamiento’ hacia el espectador que no sepa ver más allá de las explosiones, del CGI impactante y de la fotografía preciosista que Gareth Edwards es capaz de plasmar en pantalla, por cierto, de una manera cojonuda…■ SAS
Valoración final: **1/2 (OK a los efectos especiales. KO al sentido crítico…).


