101 canciones que TE RECOMIENDO escuchar antes de morir… (parte 7)

05/09/2025
Texto por: SAS
Vídeos: © Todos con licencia de YouTube 

A continuación, me dispongo a seguir con el listado 101 canciones que TE RECOMIENDO escuchar antes de morir… (parte 6), una selección de las 101 canciones que, bajo mi humilde punto de vista como consumidor y crítico musical, recomiendo escuchar alguna vez antes de morir. Nota importante: Las canciones no están ordenadas ni cronológicamente ni por orden de preferencia, todas tienen su misma importancia y mérito en mi particular valoración.

39) «I Just Want You» de Ozzy Osbourne. Empezamos este nuevo listado –es cierto, después de bastante tiempo– con la pérdida reciente del llamado «Padrino del heavy metal», Ozzy Osbourne, vocalista principal de la legendaria banda, Black Sabbath. En su razonablemente dilatada carrera en solitario, Osbourne compuso algunas power ballads dignas de toda mención como la que aquí nombramos, «I Just Want You», compilada en su séptimo álbum de estudio, Ozzmosis (1995, Epic Records). Compuesta por el propio Osbourne junto a Jim Vallance –letrista asimismo de Brian Addams–, esta es una impresionante balada heavy de remarcable poética –nótese la aliteración «There are no…«– y de trágica armonía –nótese también cuando la canción sube unos cuantos tonos tras el solo de guitarra–. Una canción que quizás no gozó del impacto comercial que esta merecía…

38) «I Wanna Be Adored» de The Stone Roses. Pese haber sido publicada en 1989 por el sello inglés Silverstone, algunos aseguran que con esta canción comenzó «la escena indie de los noventa», siendo precursora de géneros musicales tales como el Britpop, cuya banda (The Stone Roses) se encuentra entre las más influyentes de su Inglaterra natal. Oriundos de Mánchester, The Stone Roses cuentan oficialmente con solo un par de álbumes de estudio –el homónimo de 1989 y Second Coming (1994, Geffen Records)– pasando a la historia del rock independiente como una banda de culto, al ‘estilo Joy Division’. Sin duda, su himno indiscutible es este «I Wanna Be Adored», tema que los catapultó al mainstream cuya rítmica deliciosa es toda una declaración de intenciones. Como curiosidad extra, añadir que el tema ha gozado de una nueva popularidad gracias a su versión «doomer» en YouTube.

37) «The Boxer» de Simon & Garfunkel. Vamos a bucear un poco por la música de finales de los 60, época de cambios convulsos y de nuevas conciencias. El dúo formado por Paul Simon y Art Garfunkel fueron uno de los más exitosos de todos los tiempos –en parte por la increíble popularidad que alcanzaron gracias a la banda sonora de la película El graduado (1967, dir. Mike Nichols)– . Con más de 100 millones de discos vendidos por todo el mundo, «The Boxer» es una de sus canciones más representativas según la prestigiosa revista Rolling Stone. Simon y Garfunkel la entonan a modo de canto plañidero en donde describen las miserias de un boxeador desempleado vagando por la ciudad de Nueva York. Les tomó más de 100 horas para terminar la canción pero, finalmente, acabó convirtiéndose en uno de sus himnos más vitoreados con ese ininteligible «lie-la-lie» en su estribillo –que más tarde, el propio Paul Simon reconoció que tan solo era una guía vocal para más tarde incorporar la letra, aunque se acabó considerando a la postre como la parte más representativa de la canción–. Los últimos dos minutos finales son instrumentales y los más dramáticos, donde se incorporan unas cuerdas y una especie de sirena de barco subrayando la tragedia del pobre boxeador protagonista de este memorable tema. PD: En nuestro patrio y ‘pútrido’ país, los humoristas Martes y 13 hicieron un gran sketch sobre esta un lejano ya Fin de Año del 92…

36) «Cursum Perficio» de Enya. No podía dejar de seleccionar ni que fuese un tema –de los muchos que adoro– de la famosa cantante irlandesa, Enya. Conocida y alabada por todo el mundo desde que en 2001 compusiera «May It Be», tema central de la adaptación cinematográfica por parte de Peter Jackson de la célebre novela de fantasía épica, escrita por J.R.R. Tolkien, El señor de los anillos, la artista musical ya gozaba de una increíble y mastodóntica carrera antes de tal ‘pepinazo’. Debutó con el grupo familiar de folk irlandés, Clannad aunque no encontró la fama hasta que el productor musical Nicky Ryan y la letrista Roma Ryan se fijaron en ella para montar un solo project –es decir, un proyecto en solitario– de nombre Enya. «Cursum Perficio», perteneciente a su Lp más exitoso, Watermark (1988, WEA/Geffen/Reprise), pasa quizás inadvertida en un álbum donde la palma se la llevó su estratosférico single, «Orinoco Flow» –triple Disco de Oro en España, Nueva Zelanda y Reino Unido, eso para tratarse solo de un single…–. No obstante, la canción que aquí comentamos rezuma alquimia propia dentro del disco siendo terriblemente adictiva.

35) «Another Weekend» de Ariel Pink. En listados anteriores, mencionábamos al artista musical John Maus como uno de los referentes absolutos del Pop hipnagógico y de la Low fi. Sin embargo, quien es considerado verdaderamente como ‘El padrino’ de esos movimientos musicales es el californiano, Ariel Pink, colega de Maus con el que compartió estudios en Bellas Artes en CalArts (Universidad de California). Ambos comparten una misma estética sonora, lo que se ha llamado como «música hauntológica», endiablado nombre que se puede resumir como un tipo de música que apela al ‘recuerdo’ del pasado como un tiempo mejor… Para no enmarañarme demasiado con este concepto filosófico, diré que más allá de la música, tanto Mause como Pink pretenden provocar un efecto alucinógeno con sus partituras pop. Buen ejemplo de esto último que digo es la canción que propongo oír, «Another Weekend» de su Lp idolatrado (por mí), Dedicated to Bobby Jameson (2017, Kemado Records/Mexican Summer) –el tal Bobby Jameson al que Pink le dedica el disco fue un cantautor maltratado por la industria discográfica–. La canción evoca ‘fines de semana’ pasados llenos de melancolía que Ariel Pink deconstruye en modo de medio tiempo hipnótico lleno de vaporosos teclados y melodías contagiosas.

34) «The Killing Moon» de Echo & The Bunnymen. Voy a hacer un acto de sinceridad para con mis lectores/as: descubrí a este grupo con esta canción y fue por la sencilla razón de estar contenida en la banda sonora de una de mis películas favoritas, Donnie Darko (2001, dir. Richard Kelly). Tras esta descarga de responsabilidad, el tema que aquí os presento es por consiguiente uno de los mejores considerados de la banda inglesa liderada por el vocalista Ian McCulloch –además del citado vocalista, actualmente milita el guitarrista Will Sergeant respecto a la formación inicial de 1978–. «The Killing Moon» plantea el eterno dilema entre el destino y el libre albedrío, un clásico tanto de la literatura como del cine, como del arte en general. McCulloch se despertó una mañana con estos versos en su cabeza: «Fate/Up against your will/Through the thick and thin/He will wait until/You give yourself to Him» («El destino está contra tu voluntad/A través de lo grueso y fino/Él esperará hasta que tú/Te entregues a Él»), un estribillo cuanto menos metafísico, que le iba que ni pintado para la secuencia introductoria del filme al que nos hemos referido antes –lástima que no se conservase también en la versión del director, lanzada en 2004, siendo sustituida por «Never Tear Us Apart» de INXS).

33) «The Party’s Over» de Talk Talk. Mark Hollis, músico, vocalista y líder durante los diez años que la banda Talk Talk estuvo en activo, fue una de las personalidades más enigmáticas y reverenciadas de la escena musical new wave y de lo que, posteriormente, se les atribuyó como uno de los inventores del género post-rock. Tras haber publicado su primer Lp en 1982 les llovió un montón de superéxitos tales como «Such a Shame», «Living in Another World» o «It’s My Life». Hollis, de personalidad hermética, nunca estuvo a gusto con su fama ni tampoco (por sorprendente que esto parezca) con el tipo de música pop en la que los habían encasillado. Sus dos últimos álbums, Spirit of Eden (1988, Parlophone) y Laughing Stock (1991, Verve/Polydor) fueron estrepitosos fracasos comerciales, aunque obras de culto e imprescindibles para grupos posteriores como Radiohead o Kate Bush. En este tema, «The Party’s Over», de su álbum homólogo de 1982, ya se insinúa algo del post-rock venidero aunque es puro new wave dramático y de tintes existenciales.

32) «Suedehead» de Morrissey. Stephen Patrick Morrissey ni mucho menos acabó su periplo musical tras la disolución de The Smiths en 1987 sino que fue el inicio de una ‘inacabable’ carrera en solitario. Al año siguiente, el cantante de Lancashire publicó su primer álbum en solitario motivado por las canciones que el productor Stephen Street le sugirió como caras B para los últimos momentos de The Smiths. Con un buen puñado de esas canciones listas para ser grabadas y la añadidura del guitarrista Vini Reilly (de The Duruti Column) cubriendo el hueco que dejó Johnny Marr, Morrissey publicó Viva Hate con el sello His Master’s Voice –filial de EMI–. La verdad sea dicha, el que aquí escribe descubrió esta increíble canción en el recopilatorio Bona Drag (1990, His Master’s Voice) mucho antes de saber que, en realidad, se trataba de un recopilatorio… «Suedehead» fue la primera canción que publicó Morrissey en solitario, además de ser una de las más famosas de su carrera post-Smiths (a mi parecer, la mejor); también fue la canción que inspiró el título de la relevante banda británica indie, Suede. El tema trata sobre la subcultura de los skinheads y sobre alguien real que conoció Morrissey durante su juventud. «Suedehead» alcanzó el éxito mayoritario por su sonido próximo a The Smiths y por la maestría de Vini Reilly con la intro de guitarra.

31) «The Game» de Deine Lakaien. Y ya que de cantos plañideros parace ser que está yendo este listado, Alexander Veljanov y Ernst Horn, los dos miembros principales del proyecto musical alemán, Deine Lakaien –y paladines de la dark wave por allá en tierras germánicas– compusieron en 1999 para su quinto álbum de estudio, Kasmodiah (Columbia Records) uno de mis temas favoritos contenidos en este listado titulado «The Game». La voz aterciopelada de Veljanov (y de cuasi apariencia vampírica) y la composición poética al piano de Horn (exdirector ni más ni menos que de la ópera de Karlsruhe) se funden en una canción que transmite nostalgia pura. La letra es un collage de versos abstractos que transmiten una bella sensación de paz, aunque también una increíble tristeza al oyente: «Grey eyes flicker/Cold is the weed/Worn out shoes/Air full of grief» («Ojos grises parpadean/Fría es la maleza/Zapatos desgastados/Aire lleno de pesadumbre») dan prueba de ello.

30) «Crimewave» de Crystal Castles . Apadrinados por el propio Robert Smith (The Cure), este dúo formado por Ethan Kath y Alice Glass en 2006, en Toronto (Ontario, Canadá) y desbandado en 2017 –tras las denuncias interpuestas por Glass referentes a supuestos abusos sexuales y maltratos psicológicos por parte de Ethan Kath– fue una de las formaciones más interesantes en cuanto a la escena electrónica alternativa de principios del nuevo milenio se refiere. Combinando los sonidos sintéticos de la música en 8-bit de antiguos ordenadores domésticos como el ZX Spectrum o el Amstrad CPC (Chiptune), con la electrónica más avanzada hecha con secuenciadores de última tecnología como el Moog Sub 37, dieron como resultado un sonido la mar de interesante, casi mágico. Las improvisaciones vocales de Glass, cuya etérea voz es replicada la mayoría de las veces digitalmente, y los ritmos hipnóticos programado por Kath se cristalizaron en tres LPs con un nivel artístico y técnico casi insuperable. En 2014, tras la partida de Glass, se unió momentáneamente la vocalista Edith Frances para cubrir las partes vocales, aunque al cabo de poco tiempo, este proyecto musical quedó inactivo debido a la cultura de la cancelación que los festivales decidieron imponerle desde entonces… «Crimewave», de su primer álbum homónimo (2008, Lies/Last Gang Records), es uno de sus temas más representativos.

¡Hasta el siguiente listado!