18/12/2019
Texto y fotos: SAS
La muestra del CCCB reflexiona sobre cómo el anglicismo «Game Over», derivado de la cultura de los videojuegos, se ha incrustado dentro de nuestro subconsciente colectivo.
«Game Over: aprender a perder…»
Estamos en el CCCB, recorriendo la exposición Gameplay. Cultura del videojuego junto al comisario Óliver Pérez Latorre, profesor de Comunicación Audiovisual en la Universidad Pompeu Fabra, que nos guía personalmente por el espacio expositivo y nos la explica con todo lujo de detalles. En un momento de la muestra, nos dice algo interesante que nos hace reflexionar: «El objetivo que tienen muchos videojuegos es que aprendamos a perder». De ahí, la famosa frase inglesa «Game Over», anglicismo que a muchos de nosotros (sobre todo a los que ya hemos nacido bajo el influjo de la «cultura gamer«) se ha incrustado tan adentro de nuestro subconsciente colectivo que ya forma parte de nuestras vidas. De hecho, el artista digital, Pippin Barr reflexiona sobre este mismo concepto de «aprender a perder» en su serie de videojuegos imposibles, inspirados en las torturas de la mitología griega, Let’s Play: Ancient Greek Punishment, en donde el jugador debe intentar abordar una serie de retos imposibles (no es que sean difíciles de lograr, los retos son literalmente imposibles, cosa que produce un cierto sentimiento de frustración al jugador…).

Replay, o cómo museizar los videojuegos
Algo que ha puesto mucho ahínco la muestra, llevada a cabo por el CCCB en colaboración con el Center for Art and Media Karlsruhe (Alemania), cuya representación la ha llevado Jérôme Nguyen, experto en Ciencias de la Comunicación, ludólogo, comisario e investigador del ZKM, ha sido en dotarle todo el valor artístico que se merecen muchos de los videojuegos que forman parte de ella. Asimismo, durante el recorrido, el visitante observará algunas reliquias dignas de ver como una extensa colección de videoconsolas y arcades antiguos. Merece mucho la pena ver una Atari VSC 2600, junto a una caja original del videojuego de E.T., considerado el peor videojuego de toda la historia…
Desde los primeros videojuegos fabricados para el consumo familiar como el Pong (1972), pasando por los famosos Space Invaders (1978), Pac-Man (1980) y el original Donkey Kong (1981), la muestra consigue hacernos un recorrido historiográfico por la cultura de los videojuegos hasta llegar a reflexionar en sus mismas consecuencias sociales y políticas, además de mostrárnoslos de manera artística con algunas experiencias sensoriales de artistas como Mary Flanagan o Andy Kelly. La muestra indaga, además, en relaciones tan profundas y críticas como la alienación digital, el futuro distópico y/o la cosificación de la mujer en la «cultura gamer«, verdaderas problemáticas que los artífices de la muestra nos han puesto de manifiesto con esta acertada y amena exhibición.
La muestra podrá verse en el CCCB (c/Montalegre, 5) del 19 de diciembre al 3 de mayo de 2020.
La muestra consigue hacernos un recorrido historiográfico por la cultura de los videojuegos hasta llegar a reflexionar en sus mismas consecuencias sociales y políticas.