20/10/2024
Texto: Javier Ocaña Benítez / SAS
Fotos: © DC Entertainment / Joint Effort / Quebec Film and Television Tax Credit / Village Roadshow Pictures / Warner Bros.
¡¡ENTRADA LIBRE DE SPOILERS!! LEE TRANQUILO/A: HEMOS REDACTADO ESTA CRÍTICA SIN TENER QUE REVELAR NADA FUNDAMENTAL SOBRE EL ARGUMENTO DE LA PELÍCULA

“Una combinación errática entre drama y musical”
Hace cinco años, en pleno ocaso del cine de superhéroes como entretenimiento mainstream, se estrenó una película rompedora y única. Es cierto que tenía unos referentes muy claros, como eran las producciones Taxi Driver y El rey de la comedia de Scorsese, pero Joker, de la mano del tour-de-force de Phoenix y la dirección de Todd Philips, consiguió equilibrar un monumental éxito de taquilla con un reconocimiento inigualable de la crítica especializada, llevándose el León de Oro en Venecia y ganando estatuillas en los premios de la temporada como los Óscar o los Globos de Oro.
Media década más adelante y sin esa unanimidad crítica en su previo paso por festivales nos llega Joker: Folie á Deux. Dirigida por Philips nuevamente y escrita por Philips y Scott Silver, la película sigue la vida de Arthur Fleck (Joaquin Phoenix) en Arkham, después de los altercados ocurridos al final del primer filme. Es en este lúgubre lugar donde conocerá a Lee Quinzel (Lady Gaga), que le enseñará lo que es el amor y el poder de la música para lidiar con lo terrible de la vida.
Hay un riesgo considerable en Joker: Folie á Deux en cuanto a las expectativas de los y las espectadoras. No ayudaron en nada las contradicciones constantes durante las ruedas de prensa de la película, devaneando constantemente en si era un musical o no, como si eso fuera una sentencia de muerte para la película. Ese riesgo viene de ser una película totalmente distinta a su predecesora, siendo los personajes incluso bastante diferentes a lo presentado en su primera parte. Se aprecia ese riesgo y ese afán de traer una perspectiva distinta, pero no funciona como un todo y acaba por arruinar el visionado del primer filme. La película trata de combinar el drama con el musical, pero, a pesar de la inherente calidad de las secuencias musicales, la mezcla de ambas afecta inmensamente al ritmo de la película, ralentizándola.

Su nula capacidad para hacer del musical algo extraordinario, su decepcionante conclusión y sus bajones de ritmo hacen de Joker: Folie á Deux una película decepcionante y que no está a la altura de lo que prometía.
La mayor parte de la película está conformada por el juicio a Arthur Fleck. Dicho juicio, uno de los lugares más prometedores para cualquier película, está enfocado de manera muy austera e insulsa. No me refiero a que tenga que ser un «Justicia para Todos», lleno de gritos y dedos al jurado, pero sí considero que podría tener mucha más garra, aunque un momento de esa secuencia es el punto estelar del filme.
Siguiendo la estela de lo negativo, Lady Gaga, excelente intérprete, está totalmente desaprovechada. Sabemos el talento de Gaga a la hora de realizar números musicales, pero se echaron de menos secuencias donde veíamos a la persona detrás de esa habilidad musical. Según lo publicado en redes, existen escenas de Gaga presentes en tráileres que no aparecen en la película, por lo que quizá ese aspecto se mejorará en una (posible) Director’s Cut.
En síntesis, a pesar de que esta reseña suene a que es un desastre, Joker Folie á Deux está lejos de ser una de las peores películas del año. Como he recalcado anteriormente, aprecio sus intenciones, cuenta con unos intérpretes de un talento incomparable y la fotografía sigue pareciéndome exquisita, al igual que su primera parte. No obstante, su nula capacidad para hacer del musical algo extraordinario, su decepcionante conclusión y sus bajones de ritmo hacen de ella una película decepcionante y que no está a la altura de lo que prometía. ■ Javi Ocaña Benítez

Valoración final: ** (Fallido intento de brindar un soplo de aire fresco a una secuela innecesaria aun con buenas actuaciones y una fotografía preciosa).
“¡Justicia para Joker 2!”
Desde la invención del sonoro con El cantante de jazz (1927, dir. Alan Crosland), la industria cinematográfica ha sentido fascinación por los musicales. De hecho, algunos de sus títulos más representativos son West Side Story (1961, dirs. Robert Wise y Jerome Robbins) ―amén del remake dirigido por Steven Spielberg en 2021― Cabaret (1972, dir. Bob Fosse) o la venerada Grease (1978, dir. Randal Kleiser), encontrándose algunas de ellas entre las películas más taquilleras de la historia del cine.
Y, como es lógico, hay un tipo de público para cada tipo de cine, con el agravante de que el público fiel a los musicales es, valga la redundancia, ‘muy fiel’ a este tipo de cine mientras que, por el contrario, a los que no les gustan los musicales (mi caso), suelen detestarlos hasta la médula… Sin embargo, aquí hay un «pero», mejor dicho, dos «peros»… Y esos dos «peros» no son otros sino Lady Gaga y, sobre todo, Joaquin Phoenix, dos de los intérpretes actualmente más codiciados y respetados de la industria del entretenimiento.
También suele ser cierto ―como lo que he dicho referente al público amante de los musicales― que la gran masa se deja arrastrar muy fácilmente… ¿Qué quiero decir con esto…? Cuando la crítica especializada literalmente ‘fue a por Joker 2’, tachándola de musical innecesario pervirtiendo la esencia del filme anterior, no solo le hicieron un flaco favor a la nueva peli de Todd Phillips sino que ha puesto en jaque a la Warner Bros., cuyo capital arriesgado ascendió a casi 200 millones de dólares ―a pesar de que aún falta por estrenarse en parte del mercado asiático, como en China, Joker: Folie á Deux tiene pinta de no recuperar su inversión en taquilla…―.

Aunque las canciones entorpecen más que ayudan a contar la historia, la película avanza con el mismo pulso maestro que Phillips supo imprimir en el primer filme de la saga: descarnado, crudo y intencionalmente realista.
La trama de esta direct sequel nos plantea las consecuencias que se derivaron de la primera. Recordémosla brevemente: Arthur ‘Joker’ Fleck (Phoenix), tras haber matado a varias personas debido a su grave enajenación mental, disparó a sangre fría en directo al presentador televisivo Murray Franklin (Robert De Niro) siendo el payaso detenido tras iniciar una revolución social por las calles de Gotham. ‘Joker 2’ empieza justamente en el Hospital Psiquiátrico de Arkham mientras Fleck espera el juicio por esos crímines.
Es ésta, a lo sumo, una película de juicios con un romance de por medio: Fleck conoce casualmente a Lee Quinzel (Lady Gaga) en un pabellón del psiquiátrico en donde se usa la música como terapia. Lee es una demente totalmente obsesionada por la figura pública que Fleck ha construido de él, es decir, por el Joker, hasta que esta tiene un romance con él y copia su imagen convirtiéndose en Harley Quinn.
La película avanza, reconozco que algunas veces de manera algo irregular ―sí, algunas canciones entorpecen más que ayudan a contar la historia― pero con el mismo pulso maestro que Phillips supo imprimir en el primer filme de la saga: descarnado, crudo y intencionalmente realista, donde vemos como Fleck consigue, de manera legal, defenderse a sí mismo luciendo su atuendo de Joker.
La historia de amor con Lee es, muy probablemente, lo mejor del filme, cuyo final es uno de los más poco indulgentes que recuerdo haber visto en una sala de cine, final que, ahora que vuelvo a pensar en él pasado cierto tiempo, es de lo más acertado de un largometraje que, actualmente, se haya en su viacrucis particular y que solo el tiempo sabrá ponerlo en el lugar que le corresponde. Y ese lugar, sin duda, es mucho mejor que donde ahora esta película se haya…■ SAS
Valoración final: ***1/2 (Filme injustamente maltratado que, a pesar de todos los sentimientos encontrados, merece la pena revisionar un par de veces antes de que desaparezca definitivamente de nuestra cartelera…).
