«Blade Runner 2049»: 49 pequeños aciertos y 2 grandes errores de la secuela más esperada de la historia del cine

17/10/2017
Texto por: SAS
Fotos: © Alcon Entertainment / Columbia Pictures / Sony Pictures Releasing

¡¡ATENCIÓN: ADVERTENCIA IMPORTANTE DE SPOILERS!! ESTA ENTRADA CONTIENE INFORMACIÓN SOBRE GRAN PARTE DEL ARGUMENTO DE LA PELÍCULA.

«La secuela de Blade Runner, a pesar de distar sustancialmente de la original, tiene pequeños aciertos pero también grandes errores.»

Últimamente, ir al cine es un caos, empezando por el sistema mismo de adquisición de las entradas: cuando intentas aprovechar alguna oferta, esta caduca o bien es víspera de festivo y algunos cines te cobran los «9 eurazos» que ya vale una entrada «normal». Por suerte, algunos cines AÚN conservan como gentileza el «sagrado» día del espectador, día en que aproveché para ir a ver la secuela de un clásico de la ciencia ficción: Blade Runner (1982, Ridley Scott) que, a pesar de distar sustancialmente de la original, tiene muchos pequeños aciertos pero también algunos grandes errores, los cuales ahora me dispongo a relatar. Empecemos, no obstante, por sus aciertos que son muchos y de muy diferente índole.

Los 49 pequeños aciertos

1) La dirección de Denis Villeneuve, desde luego, es lo mejor de la película. El director canadiense sabe captar la esencia de lo que hizo su predecesor Ridley Scott 35 años antes que él y desarrolla magistralmente la secuela de Blade Runner a su propia manière de faire.

2) Ryan Gosling, interpretando al agente K, es el homólogo perfecto de Harrison Ford haciendo de Deckard en los tiempos de antaño: mirada fría, gestos duros, expresión severa y varonil.

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Ryan Gosling, el prototipo perfecto del Blade Runner (o asesino de replicantes), a la altura de lo que hizo en su día Harrison Ford en la original.

3) Benjamin Wallfish y Hans Zimmer en la banda sonora de la película que, a mi juicio, iguala o supera a la original, compuesta por el griego Vangelis en 1982, de la cual se escuchan numerosos ecos en la actual.

4) El retorno de Hampton Fancher en la historia original, aunque el guión final firmado por él mismo a cuatro manos junto a Michael Green, no esté al mismo nivel que el argumento.

5) Ana de Armas y su memorable interpretación del holograma Joi: de una inocencia, pureza y sensualidad cautivadoras que se convertirá, sin duda, en un mito erótico con el paso del tiempo.

6) Sylvia Hoeks como la gran malvada de la función, interpretando a Luv, el brazo ejecutor de Wallace (Jared Leto), una especie de ángel exterminador que, sencillamente, resulta sobrecogedora.

7) El clímax final de la película, que sucede en un aerodeslizador hundiéndose de la Wallace Corporation, de tal fuerza que corta la respiración.

8) La dirección artística de David Doran y su equipo, diseñada a base de líneas puras, contrasta aunque, extrañamente, se corresponde con el diseño artístico de la original de 1982, otrora obra de David Snyder.

9) La secuencia inicial del «retiro» de Sapper Morton (un Nexus 8), de un tempo magistral y de una desgarradora puesta en escena.

10)  Siguiendo con el personaje de Sapper Morton, la frase que este le espeta a K: «Vosotros, los nuevos os conformáis con trabajos de mierda, porque nunca habéis visto un milagro…», frase que va cobrando vigor a medida que el filme va avanzando.

11)  La idea del apagón que se explica ha borrado todos los datos informáticos del planeta y que se menciona durante toda la película; en la actualidad es algo que los científicos nos advierten que podría ser plausible.

12) El personaje de la creadora de recuerdos, la Dra. Ana Stelline (Carla Juri) que es la mejor «manufacturadora» de implantes de recuerdos para replicantes que los hacen más humanos, y cómo la vemos trabajar. Sin duda, una de las mejores ideas plasmadas en el filme.

13) Jared Leto, que interpreta al ciego y siniestro propietario de la Wallace Corporation, Niander Wallace, que es una versión aún más oscura del genético Eldon Tyrell visto en la primera película y cuyo papel, en solo dos secuencias, parece estar desaprovechado. Para interpretarlo, Leto usó lentillas opacas durante todo el rodaje e hizo la prueba de cámara simulando una ceguera total.

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Jared Leto interpreta al siniestro Niander Wallace, una especie de Dios de la biomecánica cuyo papel parece estar desaprovechado en el filme de Villenueve.

14) La metáfora del despacho de Wallace, cual especie de Edén y las continuas referencias hacia la creación divina. De hecho, Wallace se refiere a Luv (Sylvia Hoeks), su fiel ayudante, como su «mejor ángel».

15) La frase: «El código pródigo ha vuelto», en la misma línea religiosa que la anterior metáfora, que Luv le dice al agente K cuando este acude con el mechón de pelo de Rachel a la Wallace Corporation.

16) Los fragmentos del audio-test Voight-Kampff de Deckard a Rachel que reaparecen a lo largo de la secuela y que hacen cohesionar los dos filmes de manera nostálgica.

17) La visionaria idea del mar contenido por los muros de la ciudad de Los Ángeles (que, por otra parte, es donde transcurre el clímax de la película), final hacia donde parece desgraciadamente dirigirse todas las ciudades costeras del planeta Tierra.

18) La rica paleta de colores que contiene la película, a diferencia de la primera donde todo era lúgubre, aquí se usa el gris mortecino para los campos de gusanos (proteínas), la oscuridad de la ciudad de L.A. (vista ya en la primera parte) y el rojo marciano para plasmar el desértico y radiactivo paisaje de Las Vegas.

19) El impresionante trabajo de efectos visuales donde se han coordinado más de 10 empresas diferentes (incluyendo Weta Workshop, responsable de los efectos visuales de El señor de los anillos).

20) La secuencia del holograma gigante de Joi (modelo japonesa) y K, de una belleza, sensualidad e, incluso, metafísica abrumadoras.

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Quizá la secuencia más recordada de la película con un subtexto claramente metafísico: K y la holografía gigante de Joi, sin duda, abrumadora.

21) La idea de los cortos: Blade Runner Black Out 2022, Blade Runner 2036: Nexus Dawn y Blade Runner 2048: Nowhere To Run, pese a estar dos de ellos mediocramente dirigidos por Luke Scott, hijo de Ridley Scott, han sido una buena idea para explicar algunos conceptos de los que trata Blade Runner 2049.

22) Las escenas del test post traumático que tiene que superar K tras un «retiro», el cual recuerda ligeramente al test Voight-Kampff, aunque de una frialdad y asepsia mayor que el test anteriormente mencionado.

23) El tema de la mitomanía americana en los hologramas de Elvis, Marilyn Monroe y Frank Sinatra.

24) El personaje del simpático Doc Badger (de habla interlingua) que ayuda a identificar el trozo del caballo de madera de K, un guiño al mundo suburbial de los «artesanos tecnológicos» de la primera parte.

25) La apocalíptica secuencia del bombardeo en el vertedero al mismo tiempo que vemos, gracias a un sencillo pero magistral montaje alternado, que quien está ordenando el fuego es Luv mientras un chino le está haciendo la manicura; la secuencia resulta de un humor negro apabullante.

26) Robin Wright interpretando a la teniente de policía Joshi, la jefa de K, cuya convincente actuación emula a la que hizo el actor Emmet Walsh que dio vida al capitán Bryant en la original dirigida por Scott.

27) El debate moral entre K y su jefa, que es humana, y especulan sobre el «alma» de los replicantes.

28) Siguiendo con la peculiar relación entre los dos personajes a los que hemos aludido en el anterior punto, la tórrida proposición de la teniente Joshi a K cuando esta le insinúa en el apartamento del androide: «¿Qué pasaría si me la acabara?» refiriéndose a una botella de whisky. La respuesta de K es lo suficientemente explícita: «¿No debería volver al trabajo, señora?»

29) La frase que K le dice a Joi cuando el detective empieza a recabar información sobre el caso de los huesos encontrados en la granja de Supper Morton y descubre que el patrón genético de los humanos se basa en cuatro elementos: «Yo solo tengo 2, cero y uno» le dice pesarosa Joi a K: «La mitad pero el doble de elegante» le consuela el replicante con esta frase sardónica, que nos recuerda a los mejores momentos de Harrison Ford en la Blade Runner original.

30) La secuencia de Rachel (Sean Young), recreada digitalmente para la película, al igual que la recreación de la actriz Carrie Fisher como la joven princesa Leia para Rogue One (2016, Gareth Edwards), es una grata sorpresa.

31) Durante la misma secuencia anteriormente mencionada, el monólogo de Wallace donde este le explica a Deckard el «diseño del amor» y que hace referencia directa a la corriente filosófica determinista.

32) La escena en la azotea bajo la lluvia entre Joi y K, de una belleza fílmica incuestionable, donde las gotas de lluvia traspasan el cuerpo ingrávido de la chica holográfica, que intenta experimentar una nueva sensación tras haberla liberado K de la prisión en la que se había convertido su proyector en el techo.

33) La reveladora frase de Joi a K en la que le alienta a pensar de que no es replicante sino humano: «Nacido, no fabricado…»

34) La secuencia de la visualización del recuerdo de K por parte de la Dra. Stelline, de la que se omiten las imágenes y tan solo nos quedamos con las expresiones de la actriz mientras el espectador oye los sonidos del recuerdo que previamente ya ha visto tras habérselo contado K a su jefa. Un inteligente montaje, obra de Joe Walker, que convierte al espectador en cómplice del recuerdo de K.

35) El cameo de Edward James Olmos como el anciano Gaff postrado en un asilo mientras lo interroga el agente K y este, Gaff, vuelve a hacer un misterioso origami que le entrega al nuevo Blade Runner en cuestión…

36) El eco que se hace en la película sobre el tema de la extraña despoblación de abejas que existe a nivel mundial, un problema medioambiental que, en la película, queda apuntado en una onírica secuencia protagonizada por K.

37) La secuencia del nacimiento/asesinato de una mujer replicante, en la que Wallace (Jared Leto) actúa de manera implacable, a manera del Dios del Antiguo Testamento, es de una trascendencia comparable al asesinato de Tyrell por parte de Roy (el Nexus 6, antagonista en la primera Blade Runner).

38) La frase de aires existencialistas: «Antes de saber ni siquiera qué somos, tememos dejar de serlo» que pronuncia Wallace en la secuencia anteriormente mencionada.

39) Prosiguiendo con el personaje de Wallace, su contundente y controvertida frase: «Todas las civilizaciones se han construido con mano de obra desechable» que puede remitirnos a algunas de las teorías «conspiranoides» más conocidas.

40) El plano de varios moldes de Nexus suspendidos en el interior de unas urnas gigantes, los cuales evocan claramente a los ingenieros de Prometheus (2012, Ridley Scott) y cuya aparición parece identificarse dentro de una especie de universo críptico con el sello de fábrica Free Scott Productions.

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El plano en cuestión de los Nexus suspendidos en las gigantescas urnas de cristal es, en sí mismo, reconocible con el universo que el cineasta Ridley Scott ha estado construyendo en otros filmes producidos por él mismo.

41) La crítica social en la secuencia del vertedero de chatarra en la que se muestra a cientos de niños trabajando en condiciones inhumanas y de esclavitud, tal como los niños del tercer mundo en países como China o Tailandia.

42) La frase que Joi le contesta a K cuando este se refiere a contener todos sus datos («data» en argot informático) dentro del emisor móvil que K le ha regalado: «¡Si le pasa algo a esto, te irás!»  le explica trágicamente K a Joi y esta le alecciona: «Sí, como una chica real.»

43) La cruel frase que Luv le dice a K cuando esta destroza el emulador portátil con la «data» de Joi: «Ojalá haya disfrutado de nuestro producto…» y la chica holográfica «muere» justo después de poder decirle a K «Te quier-«.

44) El diseño de sonido, obra de Theo Green y su equipo, que respeta a la original a la vez que innova en una amplia serie de sonidos «cavernosos» como el de los aposentos de Wallace o el Casino de Deckard.

45) La dirección de fotografía, obra de Roger Deakins, que respeta la anterior de Jordan Cronenweth y la lleva un paso más allá, imprimiendo una dimensión onírica en la mayor parte del filme de Villenueve.

46) La evolución psicológica del personaje de K que nos da a pensar que puede ser humano en vez de replicante, algo diametralmente opuesto a lo que sucedía con el personaje de Deckard en la primera parte (un ser humano que nos sugerían que podía tratarse de un replicante).

47) La penúltima secuencia en la que, supuestamente, «muere» K, en donde vuelve a sonar el tema de la muerte de Roy, compuesto por Vangelis para la primera parte, como una especie de homenaje, y que resulta uno de los temas más añorados por los fans de la primera parte.

48) La publicidad encubierta que se va repitiendo a lo largo de la película y que hace referencia a marcas «filiales» de la propia película: Sony (es la propia productora del filme), Atari (es la productora del futuro videojuego) y alguna más, aunque es una práctica de marketing bastante controvertida, resulta hasta natural en la cinta.

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La bella estampa del holograma de Atari, proyectada entre unos edificios, es una de las marcas encubiertas dentro de Blade Runner 2049 con el que, además, Villeneuve compone un hermoso mural futurista.

49) Aunque esto no vaya implícito con la película per se, el obvio fracaso de taquilla que está obteniendo alrededor del mundo (de los 150 millones de presupuesto, a más de una semana desde su estreno, tan solo ha conseguido recaudar cerca de 100), al igual que su predecesora, esto le augura la categoría de filme de culto que, seguro, conseguirá muy pronto.

Los 2 grandes errores

1)  Aunque parezca mentira, Harrison Ford. A sus 75 años, Ford parece haber perdido «misteriosamente» sus capacidades interpretativas. Da igual que esté interpretando al pirata espacial Han Solo en El despertar de la Fuerza (2015, J. J. Abrams), al intrépido aventurero Indiana Jones en El reino de la calavera de cristal (2008, Steven Spielberg) o bien al ex-Blade Runner Rick Deckard en Blade Runner 2049: Harrison Ford hace de Harrison Ford en todos estos papeles. Exceptuando su irónica frase: «Sus ojos eran verdes» (marca de la casa «Harry»), la interpretación que brinda el actor durante el resto de la película resulta bastante prescindible.

«Los dos errores principales de Blade Runner 2049, a mi parecer, son, por un lado, la falta de interpretación de Harrison Ford y, por otro, la previsibilidad de algunas de las secuencias que parecen «robadas» descaradamente de otras películas.»

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Deckard (Harrison Ford) y su puñetero perro, casi lo peor de la película.

2) La previsibilidad de algunas escenas y la sensación de que parecen estar «robadas» descaradamente de otras películas del mismo u otros géneros, como, por ejemplo, Ghost (1990, Jerry Zucker) en la secuencia en la que Joi «usa» el cuerpo de una prostituta para (lo diremos finamente) hacer el amor con K es, en sí, la misma secuencia que cuando Sam (Patrick Swayze) «usa» el cuerpo de Oda Mae Brown (Whoopi Goldberg) en la película de 1990 dirigida por Zucker. O, para más inri, la relación amorosa que hay entre K y Joi parece fusilada de una película de bajo presupuesto del mismo género titulada Cherry 2000 (1987, Steve De Jarnatt), filme protagonizado por una jovencísima Melanie Griffith, donde se relata la misma relación entre un hombre y su «juguete» sexual.

En consecuencia decir que Blade Runner 2049, casi podría haber superado a la original (cosa que ya era casi imposible), de no haber sido por estos dos errores que, aunque se le pueden perdonar, pesan demasiado en el metraje filmado por Villenueve, el cual parece haber cumplido un sueño: «Cuando vi Blade Runner quedé impactado. La visión de Ridley Scott tocó muchas fibras. Pude reconocer inmediatamente el impacto que tendría en el mundo cinematográfico. Ahora, he recibido la maravillosa oportunidad de continuar la historia y dirigir Blade Runner 2049«.

Valoración global: ****1/2 (Una cinta casi perfecta, a excepción de lo dicho).

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