20/08/2018
Texto: SAS
Fotos: © Universal Pictures / Amblin Entertainment / Working Title Films / StudioCanal / Legendary Pictures / The Kennedy/Marshall Company / Perfect World Entertainment
En 1993, los dinosaurios, extintos hace millones de años, volvieron a poblar la Tierra gracias a la imaginación y el poder de Michael Crichton y Steven Spielberg. El primero de ellos publicó en 1990 el best-seller Parque Jurásico, novela «tecno-thriller», género acuñado por el propio Crichton, que un año después llevaría a la gran pantalla el Rey Midas de Hollywood, Steven Spielberg iniciando así una franquicia de filmes que parece no tener fin, el último de los cuáles ha sido dirigido por el cineasta español J. A. Bayona, director de la «goyarizada» El orfanato. En este pequeño dossier de nuestro weblog, repasaremos brevemente todas las películas de la «franquicia jurásica», haciendo especial hincapié en su última producción que ya ha entrando a formar parte de la lista de las 50 películas con mejor recaudación de la historia del cine.
Jurassic Park (1993), dirigida por Steven Spielberg
«En Parque Jurásico, los protagonistas reales del filme no fueron los actores sino los dinosaurios, sobre todo, el famoso y recurrente en la saga, Tyrannosaurus rex.»
Steven Spielberg y su séquito de técnicos de la Industrial Light & Magic (ILM) crearon en 1993 lo que en un principio parecía inimaginable: unos dinosaurios a tamaño real fotorealistas ante las lentes cinematográficas de Panavision. Sam Neill, Laura Dern, Jeff Goldblum, Samuel L. Jackson y Richard Attenborough encabezaron un reparto donde, a decir verdad, los actores no eran los protagonistas del filme sino los brachiosaurus, velociraptores y, sobre todo, el famoso y recurrente en la saga, Tyrannosaurus rex. Fue tal el impacto que les causó a los creadores de la película que Spielberg volvería a introducir al T. Rex en el clímax final de la película, donde este saurio no figuraba inicialmente en el guión, a fin de sorprender a la audiencia.
Todo ello envuelto en un guión hiper-tecnológico, adaptación del mismo autor original de la novela, Michael Crichton asistido por el guionista de confianza de Spielberg, David Koepp. La película arrasó en taquilla y caló tan hondo en el público que casi demandaron a Spielberg realizar una «secuela express«.
Valoración global: ***** (La piedra roseta de la saga jurásica. Todo un clásico no solo de Spielberg sino del cine moderno).
El mundo perdido: Jurassic Park (1997), dirigida por Steven Spielberg
«La secuela de Jurassic Park se recibió con máximo entusiasmo y el resultado fue una floja copia de la anterior con algunos buenos momentos de acción y suspense al más puro estilo de Hitchcock.»
Hay un antiguo proverbio en el mundo del cine que dice: «segundas partes nunca fueron buenas». Hay veces en la que ese dicho es totalmente falso y la secuela casi supera a la original (véase en El imperio contraataca o Terminator 2: El juicio final), aunque este no es el caso de El mundo perdido: Jurassic Park. Cuatro años después, la secuela se recibió con máximo entusiasmo y, huelga decir, las expectativas con este filme no eran altas, sino altísimas. El resultado fue una floja copia de la anterior, sin los dilemas trascendentales biotecnológicos que la primera parte planteaba con la clonación.
En vez de eso, Spielberg decidió llevar el guión de la película hacia terrenos más «proanimalistas» que filosóficos, intensificando los momentos de acción con las verdaderas «estrellas» de la película, es decir, con los dinosaurios, y atenuando cada vez más la dirección de los actores de carne y hueso. Mención aparte merece la secuencia nocturna de los velociraptores, en la que Spielberg homenajea/plagia a Hitchcock en Con la muerte en los talones y la banda sonora de John Williams, en la que el famoso compositor le dio una vuelta de tuerca a su anterior partitura ampliándola con nuevos y exuberantes sonidos tribales.
Valoración global: ** (Spielberg realizó una secuela con la que contentar al gran público en detrimento de un discurso casi infantiloide).
Jurassic Park III (2001), dirigida por Joe Johnston
«Joe Johnston, hijo directo de la trilogía original de Star Wars de 1977, fue apadrinado por Spielberg para que le reemplazara en la dirección de la tercera parte de la saga jurásica. En esta ocasión fue el terrible spinosaurus el verdadero centro de atención de todas miradas del público.»
Y los dinosaurios tuvieron que esperar cuatro años para volver a poblar los cines de todo el planeta aunque, en esta ocasión, sin Spielberg tras las cámaras… Joe Johnston, realizador de la famosa Rocketeer (1991) e hijo directo de la trilogía original de Star Wars de 1977 (en donde se responsabilizó de la dirección artística de los efectos especiales de los tres primeros episodios galácticos), fue apadrinado por el director de E.T. para que le reemplazara en la dirección de la tercera parte de la saga jurásica debido a las labores del rodaje de A.I. Inteligencia Artificial (2001). Spielberg y Johnston se conocieron en los tiempos de Indiana Jones y templo maldito (1984), aunque no habían colaborado nunca tan de cerca como en este film donde, a pesar del regreso del Dr. Alan Grant (Sam Neill) a la saga para, de nuevo, interpretar, al maestro de ceremonias de la función, los dinosaurios volvieron a tomar el protagonismo absoluto de la película. En esta ocasión fue el terrible spinosaurus el verdadero centro de atención de todas miradas del público.
A pesar del cierto hartazgo de los dinosaurios, la película logra que estemos enganchados a la butaca con muchas secuencias repletas de acción y aventuras, como la climática secuencia de la jaula de pterodáctilos, así como sacarnos alguna que otra carcajada con ciertos toques de humor como cuando tememos la aparición del spinosaurus, verdadero villano de la función, a golpe de teléfono móvil dentro de su vientre…
Valoración global: *** (Digna tercera parte dirigida por un verdadero artesano de los efectos especiales como lo es Joe Johnston. Merece la pena tenerla en consideración).
Jurassic World (2015), dirigida por Colin Trevorrow
«Trevorrow dio forma a las exigencias de Spielberg, aunque la película se quedó vacua de nuevos contenidos fílmicos.»
Cuando parecía que los dinosaurios estaban ya extintos de las pantallas de cine, tras catorce años desde la tercera entrega jurásica, Universal Pictures sorprendió de nuevo a la audiencia resucitando la saga jurásica pero sin ser un reboot ‘sensu stricto’ sino una «continuación lógica de la primera Jurassic Park«, en palabras de su propio director. El desarrollo del proyecto se demoró tanto ya que a Spielberg no le satisfacía ningún borrador que se escribía para arrancar una posible «Jurassic Park IV«. Seis fueron los guionistas que se aproximaron para reescribir el borrador del guión que redactó un par de veces John Sayles, escritor del clásico de cine B, Piraña (1978). De igual forma, encontrar al director para filmar tal mastodóntico proyecto fue un problema aún mayor: Joe Johnston (Jurassic Park III), Alex Proyas (Yo, robot) y, ¡atención!, el que acabaría dirigiendo su secuela, J. A. Bayona (El orfanato), declinaron dirigir la película.
Finalmente todos los planetas se pusieron en órbita para llevar a cabo el filme cuando Colin Trevorrow entró en escena. Frank Marshall, colaborador habitual de Spielberg, lo fichó tras ver su debut en Safety Not Guaranteed (2012), una película de alguna manera deudora de la «factoría Spielberg» inspirada en la saga de Regreso al futuro. Trevorrow reescribiría una vez más el guión y daría forma a las exigencias de Spielberg referentes a: un parque totalmente operativo, un dinosaurio sádico come-humanos (este fue el Indominus Rex) y una escena en la que un tío corría montado en su moto entre velociraptores. De hecho, la película en sí no contenía mucho más que eso y se quedó vacua de nuevos contenidos fílmicos.
Valoración global: *½ (Una película que hubiera sido grandiosa sin el precedente de la original, con lo que esta resulta vacua y terriblemente innecesaria).
Jurassic World: El reino caído (2018), dirigida por J. A. Bayona
«La película de Bayona mejora por mucho a su predecesora y encuentra un hábil equilibrio entre película de acción, aventuras, terror y cine de catástrofes, regalándonos algunas bellas y emotivas postales que, sin duda alguna, se nos quedarán grabadas en la mente.»
Y llegamos a la madre del cordero. La última producción de la grandiosa saga de los dinosaurios la ha firmado un realizador español, J. A. Bayona y se ha titulado, Jurassic World: El reino caído. Son muchos los puntos a tratar y corto el espacio para hacerlo pero, si habéis llegado hasta aquí supongo que es para leer esta parte en concreto. Para la secuela de la «segunda trilogía» de películas ambientadas en Jurassic Park, los productores eligieron finalmente a J. A. Bayona, considerado para el anterior filme, ahora con una razón de peso: pensaban llevar a los dinosaurios a una especie de «mansión gótica del terror» y para ello pensaron en el trabajo de Bayona en su afamada El orfanato. Pese a su solvencia en el género de terror, la película se desenvuelve mucho mejor en el primer acto, donde hay un impresionante desastre natural con el estallido del volcán de Isla Nublar (que, de hecho, ya figuraba en una novela del fallecido Michael Crichton) y que amenaza a los saurios con una «segunda extinción». Para su preservación, estas enormes bestias son embarcadas en una especie de «arca de Noé» para dinosaurios (léase la metáfora bíblica bien hallada para el desarrollo del filme).
Luego, estos son trasladados a una mansión donde unos adinerados capos de distintas mafias pujarán por ellos con tal de hacerse con su código genético para fabricar «armas de matar». En la mansión se desencadena otro desastre y los saurios, cual si fuera Auschwitz, están a punto de morir gaseados (otra buena e irónica metáfora sobre el holocausto hecha con estos «bichos»). Así pues, el mensaje está claro: si no vigilamos como especie podemos hallar un destino fatal. Lo cierto es que la película de Bayona mejora por mucho a su predecesora y encuentra un hábil equilibrio entre película de acción, aventuras, terror y cine de catástrofes, regalándonos algunas bellas y emotivas postales que, sin duda alguna, se nos quedarán grabadas en la mente como la de la muerte de un pobre braquiosaurio en el muelle de Isla Nublar o la de dos rugidos confrontados: el de un T. Rex y, ¡atención, el de un león! ¿Preparados para la tercera parte de Jurassic World?
Valoración global: **** (Valiente y original ejercicio cinematográfico de un español en Hollywood con un dinosaurio capaz ya de poder entrar sigilosamente por una ventana, cual si de «el coco» se tratara).