11/03/2019
Texto por: SAS
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A continuación, me dispongo a seguir con el listado 101 canciones que TE RECOMIENDO escuchar antes de morir… (parte 2), una selección de las 101 canciones que, bajo mi humilde punto de vista como consumidor y crítico musical, recomiendo escuchar alguna vez antes de morir. Nota importante: Las canciones no están ordenadas ni cronológicamente ni por orden de preferencia, todas tienen su misma importancia y mérito en mi particular valoración.
70) «Sea Within A Sea» de The Horrors. La neopsicodelia tuvo uno de sus mejores momentos con el surgimiento del subgénero shoegaze a finales de los ochenta. The Horrors, banda formada en Essex (Inglaterra) hacia la primera década de los 2000, quisieron rescatar tanto el sonido propio del shoegaze como el ‘look’ de los Pink Floyd en su indumentaria y en el planteamiento del correspondiente videoclip del single «Sea Within A Sea», perteneciente a su segundo Lp Primary Colours (2009, XL Recordings). Al margen de la mera «copia», la canción es una recomendación exquisita tanto para los nostálgicos de la psicodelia de los sesenta como para los sonidos oscuros ochenteros (marca Cure o Bauhaus).
71) «Mmm Mmm Mmm Mmm» de Crash Test Dummies. Voy a romper una lanza a favor de esta canción de Crash Test Dummies (cuyo título no volveré a escribir, por razones y «emes» obvias), ya que encabeza, o bien forma parte, de las peores o de las canciones con peor gusto jamás compuestas en la historia del rock. La razón de ello es debido a su deprimente letra que habla del sufrimiento de varios niños. A pesar de ello, el grupo presenta de manera un tanto cómica la canción, cual si fuera una representación de final de curso de unos niños de instituto ante sus padres, función en la cual participa la banda interpretando la canción. A mi parecer, es una de las canciones más bellas y nostálgicas que he escuchado jamás, sobre todo por la progresión de sus acordes y por la voz grave e impertérrita de Brad Roberts.
72) «It’s So Easy» de The Sounds. Suecia ha dado grandes grupos en la historia de la música rock y pop tales como ABBA, Roxette, Ace of Base, Europe o The Cardigans, pero ¿alguien sabía que The Sounds también eran suecos? Alejados de los anteriormente citados, el indie rock practicado por la banda liderada por la nórdica Maja «piernas perfectas» Ivarsson, es una mezcla de guitarras roqueras y de sonidos electroacústicos que, unidos a la voz y a la presencia narcótica de Ivarsson, logran que nos quedemos atrapados por la fuerza de sus melodías, eminentemente adolescentes. Si bien el versado en la banda recordará con mucha más importancia canciones como «Painted By Numbers», «Ego» o «Queen of Apologies», prefiero que antes el neófito comience con «It’s So Easy», una pieza cuasi-instrumental tan breve como hipnótica con un mensaje claro y directo: «It’s so easy when you know how it’s done/You’ve gotta seize the moment before it’s gone» («Es tan fácil cuando sabes cómo se hace / tienes que aprovechar el momento antes de que desaparezca»).
73) «Spider and the Fly». La darkwave californiana tiene un nombre propio, el de Sean Brennan, un guitarrista y letrista andrógino, cuya banda, London After Midnight (titulada así en honor a la desaparecida película muda de Tod Browning debido a que en un incendio dentro de la productora ardieron todas las copias) es la máxima deudora del goth metal al otro lado del charco. Su contribución al mundo de la música es algo escasa, pero no menos influyente. El sonido denso de sus guitarras heavies se mezcla extrañamente con sus gélidos teclados, y este estilo puede evocarnos directamente a grupos como Evanescence o Theatre of Tragedy, pero con el plus añadido que Brennan se adelantó a todos ellos. En 1992 (año de las ya increíblemente alejadas olimpiadas de Barcelona), LAM publicó Selected Scenes from the End of the World y, entre ellas estaba esta «Spider and the Fly», una canción romántica, trágica y con aire apocalíptica.
74) «Rip Ridge» de And Also The Trees. Y volvemos de nuevo al afterpunk inglés, género casi inabarcable, con una de las bandas protegidas por el mismísimo Robert Smith: And Also The Trees, los cuales fueron teloneros de los propios Cure en sus inicios. El lirismo que desprenden las letras de And Also The Trees (Simon Huw Jones, el vocalista de la banda, a veces las recitaba en lugar de cantarlas) y sus largos y complejos pasajes sonoros, los colocan en la cima de la intelectualidad musical británica. De su Lp de 2012, Hunter Not the Hunted destaco esta titulada «Rip Ridge», una especie de collage impresionista que, cada vez que la escucho, tiene la capacidad de ponerme la piel de gallina.
75) «Daniel» de Bat For Lashes. Hertfordshire (Inglaterra) fue la cuna de Natasha Khan, la artífice del proyecto musical Bat For Lashes. Su historia bien podría dramatizarse para un biopic al estilo Bohemian Rhapsody, en el sentido que Khan (de padres multiraciales y sufridora de bullying escolar) prosperó en el mundo de la música empaquetando en una fábrica mientras escuchaba sus propias canciones creadas la noche anterior. Cuando esta reunió el dinero suficiente, viajó por los desiertos de California y de México para hallar su propio estilo tribal y ancestral mezclado con la electrónica, el cual ha sido comparado con el de Siouxsie Sioux, Björk, Kate Bush, Cat Powers, Tori Amos y varias solistas más, aunque ninguna de ellas se aproxima al talento creativo de Khan, que hace un tipo de indie rock inquietante y, al mismo tiempo, bailable. «Daniel», compilada en Two Suns de 2009, ha sido hasta ahora su mayor éxito musical, cuyo espectacular y melancólico videoclip fue premiado por la prestigiosa cadena MTV.
76) «Clocktower Lodge» de Sad Lovers and Giant. En plena era del afterpunk, muchos fueron los grupos, sobre todo ingleses, que intentaron abrirse paso tras el estallido provocado por los Sex Pistols (que, a mi juicio, hicieron más un trabajo contracultural que musical). Remontémonos hasta 1982: esta fue la época del rock gótico inventado prácticamente por los Cure y los Joy Division. Al carro de los sonidos tétricos se subieron incontables bandas, entre ellos, Sad Lovers and Giants, formación constituida en Watford, Hertfordshire (al igual que la anterior Bat For Lashes) que debutaron con este trabajo musical, Epic Garden Music. Los sonidos de este álbum, prácticamente clonados del famoso Seventeen Seconds de los anteriormente citados Cure, desprenden una poesía propia inspirada en pasajes del romanticismo inglés. Todo el álbum es una verdadera joya artesanal que rezuma poesía de Blake, Byron o Shelley pero, entre todas sus canciones, cabe destacar esta «Clocktower Lodge», una densa, brumosa y cuasi-mística composición instrumental que parece haber surgido de un etéreo sueño. No por casualidad, AllMusic califica este trabajo musical de «obra maestra» aunque injustamente «olvidado» por otros héroes de la corriente post-punk. La canción tuvo su particular segunda parte: «Return to Clocktower Lodge» en su Lp de 1987, The Mirror Test, pero nada como la original…
77) «39 for Design» de Drab Majesty. El suicidio colectivo en 1997 de 39 miembros de la secta «Heaven’s Gate», liderada por la mente perturbada de Marshall Applewhite (creyendo que así alcanzarían la trascendencia hacia otro plano dimensional) quedó plasmado en esta canción a caballo entre el synthpop y la darkwave compuesta por la mente y el talento de un genio: Andrew Clinco, más conocido por su alter ego de Deb Demure que, del mismo modo hizo Bowie con su alter ego, Ziggy Stardust, asegura traer su mensaje de las estrellas. Antiguo miembro de la ‘pinkflodiana’ banda californiana Marriages, Clinco decidió iniciar su proyecto personal de Drab Majesty en 2015 con Careless pero no fue hasta 2017 que publicó su obra definitiva: The Demonstration, una suerte de canciones de clara orientación gótica, aunque aclimatadas en una atmósfera futurista, con las que parece haber inventado un nuevo género musical. Los más suertudos tendrán opción de verlo en el Primavera Sound de este año 2019. Imprescindible.
78) «Oxygène, pt. 4» de Jean-Michel Jarre. La música electrónica y, más concretamente, la new age tiene un claro exponente con el disco Oxygène que, en 1976, lanzó el músico francés, Jean-Michel Jarre. Hijo del famoso compositor para bandas sonoras de películas, Maurice Jarre, con Oxygène (y, muy probablemente, junto al Tubular Bells de Mike Oldfield) Jean-Michel asentó las bases de la nueva música electrónica de finales de los setenta y principios de los ochenta. Grupos new wave como OMD, Depeche Mode o Visage bebieron de los sonidos futuristas de este disco que demostró que «lo electrónico» podía triunfar entre el público. Compuesto a modo de sinfonía, el álbum de Jarre fue triple disco de Oro y doble Platino, además de nº1 en su país de origen. Es además uno de los más influyentes de todos los tiempos en su mismo género. El primero de sus dos singles, «Oxygène, pt.4» es el corte más recordado del álbum.
79) «Innuendo» de Queen. Y acabamos esta tercera parte de nuestra recopilación con la indiscutible «Reina» del pop. En la parte 1 ya recomendé una canción de Queen: «The Prophet’s Song» del álbum de 1975, A Night at the Opera como una de las mejores canciones del grupo, antiguamente liderado por cantante más grande que ha dado la historia del rock: Freddie Mercury. Si «The Prophet’s Song» fue para mi una de las que mejor caracterizó la primera época del grupo más «glam», la canción homónima del álbum Innuendo publicado en 1991 (el último que Freddie vio publicarse en vida) fue, a mi juicio, la que más me caló de su segunda época más «popera». La complejidad sonora de este tema con pasajes ‘aflamencados’ incluidos y la rotunda poética de su letra, la catapultaron al nº1 de las listas inglesas (muchos críticos la definieron como una «soberbia epopeya», a los que también me sumo). Además, posee uno de los videoclips más espectaculares jamás filmados de la banda. Una verdadera joya.
¡Hasta el siguiente listado!
Continúa en: 101 canciones que TE RECOMIENDO escuchar antes de morir… (parte 4)
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