9/09/2021
Texto: SAS
Fotos: © Warner Bros. Pictures / DC Films / Atlas Entertainment / The Safan Company
¡¡ATENCIÓN: ADVERTENCIA IMPORTANTE DE SPOILERS!! ASIMISMO, SE ADVIERTE QUE ESTA ENTRADA PUEDE CONTENER UNAS IDEAS QUE PUEDEN DAÑAR LA SENSIBILIDAD DE ALGUNO/AS LECTORES/AS.

El escuadrón suicida (versión James Gunn) es un buen ejemplo de la insensibilización ante la violencia que existe hoy en día en nuestra sociedad.
La última locura del director James Gunn (el que está detrás de pelis tan chulas y divertidas como las ‘marvelianas’ Guardianes de la Galaxia –all of them-), es un buen ejemplo de la insensibilización ante la violencia que existe hoy en día en nuestra sociedad. Cuando no para de hablarse de una ‘generación de cristal’, esta película es realmente la jodida excepción que confirma la regla… La gente que vaya a verla (ojalá que mucha porque, ¿quién hubiese dicho que la industria hollywoodiense estaría en una crisis sin precedentes a principios del siglo XXI?) se encontrará más con una peli que muestra las ‘1001 maneras de matar a alguien’ (secuencia del poblado en la jungla), que un filme con un argumento medianamente serio. Eso sí, las más de dos horas se pasan volando entre carcajada y carcajada.
Iré al grano. Lo mejor: las salidas continuas de tono del Pacificador (John Cena) –¡maldita sea!, ¿es que nadie le encuentra una retirada más que razonable a nuestro querido Arnold ‘Chuarche’ Schwarzenegger…?– junto al personaje ‘digital’ de la película: un escualo bonachón llamado Nanaue (atención: ¡con voz de Sylvester Stallone en la edición original!). Lo peor: (y, de nuevo, ¿quién lo hubiese dicho…?) Harley Quinn y sus continuas chiquilladas. A ver, ¿desde cuándo la lluvia es como “una corrida de ángeles encima nuestro”…? ¿A qué viene la pseudoescena de sexo con Juan Diego Botto sin ningún tipo de libido…? ¿Y lo de la ‘ningunización’ de Milton…? ¿Y siempre tiene que tener su ‘secuencia de tía dura’…? (que, por otro lado, es una de las mejores de la peli, artísticamente hablando).
Lo de la violencia tan clara, explícita y gore, en algunos momentos, ralla incluso el ‘mal gusto’ (como diría Peter Jackson) –¿realmente era necesario lo de la cara reventada de Blackguard (Pete Davidson) a los cinco minutos del filme? (ups, perdón… spoiler). A mi entender, la violencia no está justificada como, por ejemplo, en Salvar al soldado Ryan (1998, dir. Steven Spielberg), donde el arranque del filme era una sublime set-pièce gore que mostraba la barbarie de la Segunda Guerra Mundial (más en concreto, la del desembarco de Normandia).

Un filme sorpresivo que te entrará más por los ojos que por los oídos y que intenta ser crítico con la propia geopolítica norteamericana actual.
No obstante, Gunn apuesta por una peli-charlotada de las buenas con algunos tintes de dramas heroicos/antiheroicos que envuelven a algunos de sus protagonistas: la trama de Cleo Cazo, Ratcatcher 2 (Daniela Melchior) –que, por otro lado, (ahora sin spoilers) será determinante en la conclusión del filme– tiene una subtrama melodramática junto a la de ‘El motas’ (David Dastmalchian) –mmm.. no, ésta diría que no cuenta– y los problemas paterno-filiales de Bloodsport (Idris Elba) y su hija Tyla (Storm Reid). Estas son las dos únicas notas ‘serias’ en una película que es un chiste non-stop.
Otra de las cosas buenas que tiene este ‘second chapter suicida’ es que intenta ser crítico con la propia geopolítica norteamericana actual, aunque, de hecho, es más un ‘quiero y no puedo’. El ‘mcguffin’ de la cinta (una ‘estrellita de mar’ muy particular) tiene ecos tanto de la literatura de H. P. Lovecraft como de una ‘pandemia’ muy conocida por todas y todos (que no ‘todes’…), cuya subtrama debe leerse necesariamente en clave metafórica (pero si en breve empezamos a ver volar estrellitas de mar por el cielo, eso querrá decir que, entonces, sí que debemos ponernos una mascarilla, aunque no una quirúrgica sino una de verdad: de las de gas, como la que usa Ratcatcher 2 en un momento clave del filme…).
En fin, que a pesar de que me esperaba ‘más de lo mismo’, El escuadrón suicida (versión James Gunn) es un filme sorpresivo que te entrará más por los ojos que por los oídos, y no te hará falta cerrarlos para digerir este gore tan explícito y, al mismo tiempo, tan desaliñadamente comiquero.
Valoración global: ** ½ (Sin pretensiones de ser una obra maestra, a ratos hasta puede llegar a serlo, y a ratos, un bodrio. Todo junto a la vez, mezclado pero no agitado).